Después de catorce años como escritor profesional ―en España, se considera así a quien ha publicado al menos tres libros por cuenta ajena, según marca el Ministerio de Cultura para participar en sus programas de Fomento de la Lectura― y haber compaginado la creación literaria con la dirección de departamentos comerciales, de comunicación y corrección editoriales, llegué a la conclusión de que sería muy útil escribir una guía para escritores acerca de las cuestiones más relevantes del sector.
¿Es necesaria? Sin duda. Por poner un ejemplo, solo el 0.015 de los manuscritos suelen ser obras finalizadas, y eso puede conllevar el rechazo de edición sin siquiera leerlos o recibir una gran cantidad de comentarios negativos en caso de autopublicarse.
De ahí la primera parte de la guía, «Cómo corregir un libro», conocimiento tan fundamental como ignorado por autores noveles y, sin embargo, clave para pasar las primeras cribas de descarte. En ella, se detallan y solventan las principales causas por las que acostumbran desestimarse la mayoría de las propuestas en los departamentos de lectura.
«El conocimiento es poder», y de eso se trata. Para ello, la guía consta de tres volúmenes, en relación a los momentos previos, transitorios y posteriores a la edición: